Ay si yo
hubiera tenido padre
Le querría
con las manos
Como las
tuyas “Cabrero”
Entonces no
conocería,
El hambre,
el abandono ni el miedo,
Ni por la
vida andaría
Con tantas
heridas dentro.
Ay si
hubiera tenido padre,
Con tus principios
“Cabrero”
Sería de
risa fácil…
Y habría
llorado menos
Caminaría
segura…
Sostenida de
esas manos,
Curtidas por
el trabajo,
Con el sudor
de hombre bueno
¿Qué logro
con lamentarme?
Solo me
sirve de consuelo
Saber que no
hay otras manos,
Como las de
José Domínguez,
Al que
llaman “El Cabrero”
Maravilla, la fuerza de la sencillez que emociona y traspasa cuando habla el corazón...
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