16.7.13

El valor de la rosa






Hace varios días vi por mi ventanal lo que creí no era posible, el rosal casi sin hojas parecía lucir un pimpollo, me acerque y le saque una foto, no es época, las heladas son tremendas y el viento invernal no son aptos para semejante milagro…

Fue entonces que llego a mi memoria las veces que pretendiste regalarme rosas y a pesar que me tanto gustan me negué… porque son caras y siempre en casa había cosas más importantes, porque no quería que llegaras a fin de mes corto de dinero, ni que te faltara tu buen whisky ni nada de lo que te gustaba, siempre fuiste prioridad, las rosas podían esperar…

Hoy no me arrepiento, sé que fui demasiado generosa y quizás un poco idiota, pero soy así, no pretendo cambiar.

En este tiempo, cuando otra mujer te acompaña sin importarle si destrozó un hogar ni otra cosa que no sea tu billetera y pasarse en el auto que compre con mi esfuerzo… la casa se me hace grande y vacía, pero  entiendo que es mejor estar sola que vivir sobrellevando tu falsía, tus mentiras, tu cinismo, tus infidelidades… cuanto tiempo callé, me hice la tonta por mantener la familia unida, por no quitar tus máscaras y que vieran tu verdadero rostro los chicos que te adoraban, pero tu decidiste mostrarte en toda tu miseria humana, ya no me pesan los secretos que guardé por preservar tu ¨hombría¨

Miro con ternura el rosal casi marchito que me regalo en medio del invierno esa rosa herida, castigada pero viva... y comprendo cuanto más hermosa es  esa pequeña flor sin valor monetario que todas las bellas rosas que me hubieras regalado y solo eran inútiles adornos para intentar disimular tanta basura.

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