Viniste…
inesperado, ansiado, sorprendente,
Con tu tierna
sonrisa y oscuros ojos mansos…
Abriste mis
tumbas, arrojaste fuera mis muertos,
Me aislaste
de las soledades, y con tus labios
Nos fundimos
apasionados, salvajes, temblorosos…
Construimos
la complicidad de la palabra “nuestros”
Me dejé ser,
resucitaste la mujer aquella,
Que fui hace
mucho, mucho tiempo…
Hoy estas
tatuado a fuego, en lo mas profundo,
En mi boca,
mi cuerpo, mis entrañas, mis dedos…
Que acariciaron
vehementes tu universo entero
Desde mi
oscuridad me elevaste a los astros,
Con la loca humedad
de tus abrazadores besos,
En medio de
la noche te recuerdo, sueño, realidad,
Espejismo,
inagotable fuente de dulzura…
Voz que
sigue susurrando en mis oídos,
Perfume de
tu cuerpo, piel de dos que fue una…
Tu cabello
enredado en mi cabello, tus manos,
Recorriendo
los caminos abandonados de mi cuerpo,
Te pienso, te
siento, te deseo por ser, increíble…
Mas allá del
acto, del suspiro y el hecho…
Me regalaste
sin que te pidiera nada…
De tu voz,
tus caricias y tus besos…
El más maravilloso
y alucinante recuerdo,
Solo hoy quiero
que sepas que aunque lejos…
¡Sigues
estando palpitando en mis adentros!
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