Erase una
vez… una loba que creció casi sola,
desde muy
pequeña se enfrentó a los peligros del bosque,
aprendió a
sobrevivir en las más adversas circunstancias…
cada lucha,
sin bien la llenó de cicatrices, la fue fortaleciendo,
supo que
podía salir airosa frente a cualquier amenaza,
fue
transcurriendo su vida colmada de batallas, siempre vencía
unas por
astuta… las más por su fuerza y voluntad,
muchas veces
permitía que la creyeran vencida
para caer
sobre el cuello del crédulo contrincante…
Pasó el
tiempo, cada día se sintió más segura de sí misma.
Pero una
tibia noche mientras a distancia observaba…
lobeznos
inexpertos de pelaje brillante y bello,
sintió una mirada, penetrante, en llamas
sabia
reconoció, que se enfrentaba a un macho alfa,
sin
demostrar el miedo que se coló en sus entrañas
se retiró furtiva
sin perder ni ganar esa batalla…
transcurrió
el tiempo, pero ella no olvidaba,
el
estremecimiento que esa noche recorrió su espalda,
aun así se
creyó a salvo, continuó su camino, confiada
cuando menos
lo esperaba entendió que el lobo no dejó la cacería
el buscaba
su presa, sigiloso en su llegada…
hoy sabe que
cuando el invierno traiga sus primeros fríos
deberá
enfrentarlo, ser más astuta, mas solapada
o perderá la
lucha y terminará perdida, derrotada
entregada…
en la guarida del macho alfa
Jamás te
sientas invencible… pueden desarmarte ¡con solo una mirada!
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