4.7.14

Absurdo




Fría, negra, tétrica como una lúgubre capa
Cayó sobre mi espalda, me atenazó la garganta
Como una fiera salvaje que a su presa atrapa
Como esa oscuridad que sin razón espanta…
Vieja amiga, regresaste, sin ninguna piedad
Trayendo contigo, cada mentira, cada lagrima
Sin olvidar nada, reavivando, con crueldad
Cada herida… que él me tatuó en el alma
Afuera llueve, también dentro de mi pecho
Lagrimas guardadas, las que otrora…
Fui sembrado evocándote en mi lecho
Añorando que al llegar la aurora
Me trajera el olvido y el consuelo…
De entender que nunca te he perdido
Simplemente porque nunca has existido
Eres de mi enajenada mente ¡un desvarío!





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por pasarte a comentar