De rodillas he llegado
al Cristo de los gitanos,
a suplicarle algún día
que tú me quieras serrano
al Cristo de los gitanos,
a suplicarle algún día
que tú me quieras serrano
El escucho mi llamado,
Más de mí no se ha apiadado
Que en su carita yo he visto
el llanto que ha derramado
Ay Cristo de los gitanos
porque me has abandonado,
Te cambiara por sus besos
Las espinas y el calvario
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