21.8.14

El chico del gato gris (Relato)




23 de febrero, 2012
Aeropuerto de Bruselas, 12.30 hs

El día amaneció complicado, no es fácil despedirse de una hija y sus niños,
mi humor no era el mejor…para colmo, después de los nervios  por  la congestión de transito pensando que pudiera perder el vuelo, resultó que este saldría atrasado,
por lo que la espera se alargaría…
Dejaba vagar mi mente en las cosas buenas que seguramente disfrutaría en España… una forma de no pensar lo que estaba dejando atrás.
Siempre me gustó observar la gente, imaginar sus historias, guiada por su forma de hablar, de vestirse o de gesticular, detalles que por lo general dicen mucho más que las palabras y como me cuesta entablar conversación con personas desconocidas, bueno entonces me hundo en mi mundo…sola.
Las butacas de la sala de espera se hallaban ocupadas en su mayoría, todos los que tomaríamos el vuelo 3203 de Iberia con destino a Madrid, estábamos ahí.
 Mientras dejaba correr la vista por las personas allí reunidas, gente de distintos países y culturas entremezclados, unos muy formales otros con ropas exóticas o deportivas…
Un chico llamó poderosamente mi atención, hay rostros que parecen despedir luz…son muy pocos ¡pero los hay! Y no precisamente por su belleza física,
Es esa expresión de bondad casi sublime… sin duda era también un chico muy apuesto, con un aire de Cristiano Ronaldo, pero realmente no fue el parecido lo que llamó mi atención, sino que me despertaba una increíble sensación de conocerle, algo en mi mente, un recuerdo pugnaba por despertar…
Su rostro inclinado era la imagen viva de la ternura, tanto así, que bajé la vista y entonces note que acunaba en sus brazos un gatito gris de hermoso pelaje largo, le acariciaba como si se tratara de un bebe, en ese momento y entre tanta gente levantó la vista y me miró…
Me sentí incomoda, como si estuviera invadiendo su intimidad, desvié  el rostro…pero inevitablemente volvía a mirarle y él a mí, directamente a los ojos… totalmente consciente que nunca le había visto, pero con la sensación de conocerle aumentaba cada vez más intensamente, de pronto me sonrió, y me di cuenta que esa sonrisa solo la he observado en niños, dulce, pura, casi etérea…jamás un hombre me inspiró una ternura tan profunda.
La demora fue de más de una hora y compartimos durante ese lapso sonrisas y miradas, hasta en cierto momento me hiso un gesto levantado sus cejas como de desconcierto…
¿quién era?
De donde le conocía, me daba perfecta cuenta que le pasaba lo mismo…
Esa incógnita me acompañará siempre, pero… ¡no era un extraño!
Y difícilmente creo que pueda olvidar ese rostro y esa expresión de bondad y dulzura… Me hubiera gustado saber su nombre, solo para agregarlo a este relato que sabía que tenía que escribir, entonces tendría un detalle más de ese ¨no extraño¨ que acunaba entre sus brazos un gatito gris…
Si alguien le ve seguro que le reconocerá de inmediato, emana luz, expresión de ternura y sonrisa de ángel.
Hoy me pregunto ¿hacia dónde viajaría el chico del gato?

Yyyy, ¿será de este mundo o lo conozco de otro ¨lado¨?

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