En mi idioma el amor tiene tu nombre (A Carlos Cano)

Hoy he sentido la necesidad de republicar este poema, uno de los primeros que no terminaron en la papelera… ni siquiera sé porque, siempre pensé que mis locuras no debía leerlas nadie, siempre escribí como una terapia y me sentí casi ridícula.

Pero llegó Carlos y me llevò de su etérea mano hacia la magia, por él viajé a Granada por primer vez acompañada de mi querida amiga Luisa, necesitaba conocer el lugar donde el nació y desde donde partió, donde sigue estando porque Carlos es Granada… Me enamoré de esa ciudad que tiene alma, una que se fundió con la mía, que me habló con ese lenguaje ineludible que solo entiende quien ama más allá de todo lo que pueden explicar las humanas palabras, encontré mi lugar en el mundo, el único en que soy yo, donde me desgarro de dolor cada vez que la tengo que dejar…

Y siguieron sucediéndose los milagros, me transformé en granaìna sin haber nacido ahí, y se me metió en la sangre el flamenco, y soy gitana en el Saromonte y me estremece el acorde de la guitarra moruna, la copla me acelera el pulso, Andalucía, si la nombro la boca me sabe a menta, romero, olivo… 

Por él conocí a Tono, su sobrino “el niño de mis ojos”, mi portada, ese ángel sé que fue guiado a mi vida desde el otro lado del velo para que pudiera abrazar su propia sangre, tan Cano, tan comprometido en sus luchas, como lo fue Carlos a través de su voz y sus canciones…

Mi vida fue dura, mucho, todo lo bello llegó directa o indirectamente, cuando su voz me acarició el alma

Tantas veces escucho decir, Carlos está muerto

¿De qué hablan?

Muerte  ¿dónde está?

que alguien explique el porqué de  esa palabra que no te llega,

que no te pertenece, simplemente porque no la aceptaste,

porque tu decidiste seguir…¡ Vivo!

Muchos confunden las ¨realidades¨ piensan que así se llama todo lo que tienen  a  su alrededor…

Pobre gente, sobrevive en una realidad ficticia de, dormir, comer, trabajar…

se sienten vivos… valla, que tristeza, ellos Carlos,

ellos son los muertos, que caminan como zombis por las calles,

esos que se olvidaron que la realidad habita en el corazón,

que nada que esté fuera de ti es real, solo tu interior vive,

allí  ¨eres¨ realmente, sin mascaras de hipocresía, ellos…

los que te  sonríen cuando te detestan, porque la sociedad exige ser cortés…

que se visten con lo que no les gusta, porque está de moda…

que no caminan bajo la lluvia, que no cantan por la calle si se les da la gana,

que no han robado flores de un jardín tan solo por regalarlas a quien aman,

que no saben lo que es amanecer  haciendo el amor con un fantasma…

Si esa es la realidad…

déjenme con mi locura que tu y yo no somos de este mundo,

quiero seguir estando enajenada, pero…

cuando cierro los ojos y te escucho,

te juro que estás aquí y yo, ¡yo Enamorada!