19.2.13

Guerrero de amor





La tarde era sumamente fría, pero mas que eso,

El frio mayor parecía, anidárseme dentro del pecho…

Fue entonces que me ofreciste tomar un café,

Lo compartimos, sencillamente era ¡pésimo!

Pero casi no lo notamos… me gustó escucharte

Tu diálogo inteligente, con la humildad del genio


Supe de inmediato, lo especial que eras,

Que nos parecíamos en muchos aspectos,

Tu melodiosa voz expresaba los distintos conceptos,

Sobre el arte, la vida, el amor, la energía…

Mucho rato hablamos de sueños y proyectos,

Creí que la tarde seguiría ese rumbo casi perfecto,

Cuando con tus ojos fijos en los míos murmuraste…

No te ofendas, me gusta tu boca, muero por besarte,

Mas allá de la seriedad de tu gesto creí que te burlabas,

No podía ser posible, yo nadie, solo tu admiradora,

Tu guapo, inteligente, talentoso, yo ¡tan poquita cosa!

Me costó encontrar mi voz y decirte que no era cierto,

Que estabas mintiendo, tus labios cerraron mi boca,

Cayó sobre mi rostro la oscura cascada de tu pelo,

Supiste ser el guerrero que mato si piedad el tiempo,

Renacieron retoños en las ramas secas de mi pecho,

Lograste sembrar primaveras donde reinaba el invierno,

Eliminaste mis pálidos espectros de sueños muertos,

Y volviste a la vida, el color, la ilusión, la autoestima,

Hoy puedo mirarme en el espejo y veo en mis ojos,

El brillo que les otorgó tu energía, transmitida, compartida

Que nació esa tarde de invierno, bajo tus labios…

Y que en mi corazón y mi alma quedo encendida

Como tu recuerdo, etéreo y eterno ¡para toda la vida!

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